lunes, 21 de enero de 2008

(apunto locuras)

Y caminaba entre la aglomeración de transeúntes ke habla trivialidades y empuja (como ahora) sin niguna consideración. Y oyes la música de las tiendas, trozos de cada tema, algunas palabras sueltas y eres incapaz de reconocer nada particular o tus sentidos están tan alerta ke todo te parece más fuerte: los empujones más bruscos; las toses más feas y contaminadas; las personas exageradas (más nariz u orejas de lo normal) y te miran extrañados, por ello te pones los lentes, para ke no vean tu cara de perdida: truculenta. Y escribes como condenada y la gente te mira. Probablemente extrañados porque escribes en movimiento, en una micro, porke no levantas tu cabeza, ni miras otra cosa ke no sea la maraña ke intentas reproducir en esta libreta. Me siguen mirando, los asientos vecinos se voltean y me miran con detención, me gusta la música orquestada. Me gusta estar así, sentirme liviana y mareada, flotando entre la gente. Ojalá no me pudieran tocar, nadie, nunca.
(54 segundos de interrupción, la Cata invitando a carretear). Mis manos vuelan, veo entre los asientos de la micro, a través de las ventanas. Sobre los tejados: el sol crepuscular, amarillo, redondo, bello.



(16/12/2006)

by Joe.

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