(Apunto pensamientos)
Lo más fácil y bonito era aplastarlo como una hormiga en la vereda.
Pero no, primero debía hacerle creer en la hadas y flores de colores. Primero mostrarle que no todo era gris indiferencia. Engañar su torpe y esquivo corazón diciendo que era el ser más dulce que había visto y poseido y después de toda esa trampa, qué mejor que terminar con la excusa de "no estar en condiciones" y botar los recuerdos por la ventana para que quedaran aplastados como la hormiga que ahora se sentía.
Joe.
(esto es de sept 8 de 07)
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